jueves, 9 de diciembre de 2010

Sobreponerse a las circunstancias con sólo la fuerza interior.

Sobreponerse a las circunstancias con sólo la fuerza interior.

Puedo decir que pese a todo no me ha ido tan mal.

Cuando menos lo esperaba en la vida, cuando pude pensar, “en este momento me va bien en el trabajo, en mi vida afectiva todo esta en su justo lugar”, fui sorprendida con el diagnóstico de una enfermedad degenerativa y discapacitante de la que insisto en decir, “el médico se equivocó”.

Sí, puede que la tenga, definitivamente se me nota diferente, mi cuerpo está diferente, yo estoy diferente y aún así me siento bien, me siento bien de ánimo, de fuerzas emocionales aunque puedo decaer en algún momento y a veces no de las físicas, pero tengo en mi, lo más importante, no dejarme vencer, no abatirme por lo diferente que pueda estar.

Aunque ahora no hago muchas cosas con mi vida, me siento bien con lo que hago por poco que pueda parecer y para colmo de todo esto, fui sorprendida con la fractura de mi pie izquierdo, si, jajaja, mi pie izquierdo...., él, me ha llevado más lejos de lo que pensé y me ha mantenido más incapacitada (momentáneamente) que la misma enfermedad, quizás sólo es la lección que me toca en la vida para aprender a tener paciencia....vaya modo de aprender, pero bueno como decía mi papá “la letra entra con sangre”.

A lo largo de mi corta y quizás simple vida, porque aunque no parezca soy joven aún, jajaja, sí, a lo mejor se puede reír con esta modesta expresión de mi segura juventud, pero bueno, a lo largo de esta vida mía, he aprendido muchas cosas, entre ellas y la más importante, es que he sido bendecida, pensarían muchos “ y cómo puede estar bendecida una persona con una enfermedad así y encima con fractura de un pie”, pues he sido bendecida así, mis padres han sido los mejores que hubiera deseado, mis hermanos con todos sus defectos y caracteres, no han sido malos conmigo, todos los hermanos pelean, se equivocan, etc, mis sobrinos son todos divinos conmigo, mi esposo es lo mejor que he podido encontrar en la vida, si antes yo sabía que me quería, ahora ni siquiera sé como calificar su amor por mí, mi hija es lo mas bello e increíble, ha sido el regalo perfecto, ahora ella tiene a su esposo del cual espero para ella, la ame tanto como mi esposo a mi y de su bebé, que tiene escasos dos meses, deseo que sea tan perfecta como lo ha sido ella para mí, los amigos sé cuales y cuantos tengo y lo que significan y hasta he encontrado a dos personas que sin ser nada mío, se han portado con mucho afecto conmigo, al menos así lo siento yo.

En fin, si las bendiciones se pueden contabilizar, debo tener muchas más pero estas son las más importantes, no son físicas, ni materiales, no se pueden tocar aunque están representadas por personas.

De porque sobreponerse a las circunstancias, simplemente porque todo pasa y las cosas siguen su curso.

Tenía planeado viajar para estar con mi hija cuando se le presentara el parto y justo la semana antes me fracture el pie y me operaron.

Me operan y entre las cosas que me dice el médico, es, que no puedo apoyar hasta pasados los dos meses, vino la angustia de todos, el deseo de estar con mi hija y nieta y la opinión, “no te podrás ir así”, a todas ellas me resistía, por qué? porque no sé lo que es decir o pensar en “no puedo”, siempre lucho por “si puedo” y si está de que no se pueda pues, no se puede.

Así que, finalmente a las tres semanas me quitan los puntos, me ponen un yeso y cuatro días después me voy, a pesar del viaducto a pesar del pie.

En estas circunstancias sólo me queda seguir adelante con buen ánimo y humor y reír, reír mucho, reír de mi y conmigo, adaptarme al hecho de que no puedo ponerme de pie, que debía entrar y salir de los aviones con mayor esfuerzo, adaptarme a los espacios, al frío invernal, pasar por todos los procesos de baño conocidos, desde bañarme en la cama, en el sanitario, en la bañera, que está en el segundo piso de la casa, al que debía subir gateando, teniendo que usar pañales tal cual como un bebé y sin vergüenza, todo valía la pena con tal ver a mi hija, nieta y yerno, más aún, ver la cara de mi esposo y además aprender a caminar de nuevo, tal como los niños ya he dejado el pañal, ciertamente aún no puedo apoyar el pie totalmente, sin embargo, hoy he amanecido con la convicción, aunque no con el permiso médico, de que tengo que ir dando pasitos, lo he logrado, así se han ido fortaleciendo ambas piernas, más por el empeño que por el mismo ejercicio.

Cual es la moraleja de esto, “lo que se desea con verdadero empeño se puede lograr”.

Toda esta fuerza se la debo al sólo ejemplo posible
“mi madre”.........


Andrea R. de Becerra

Caracas – Venezuela

4 / 4 / 06

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